¿Crees en el destino? ¿Crees en la vida pasada y la descendencia? Muchas veces nosotros nos hacemos estas preguntas producto que hemos tenido la sensación en algún momento que hemos vivido una experiencia anterior, ya sea a través de los sueños o en base a un recuerdo guardado que es imposible de recordar. Suma a ello un romance fuera de toda posibilidad producto de un destino fijado y tendrás una historia que mezcla además mechas e historias paralelas llenas de tragedia. Esto es lo que nos trae la serie de 2004 que en 12 capítulos trae emoción hasta el límite y con un hermoso diseño de personajes. Hablamos de Kannazuki no Miko.
Himeko es una estudiante de la academia Ototachibana quien vive en la residencia de estudiantes junto con su amiga Makoto. Su vida transcurre normalmente como toda chica normal: Esta enamorada de un popular muchacho del instituto de nombre Souma, posee un carácter algo distraido, no destaca mucho dentro de su clase, en fun.
Sin embargo, dentro de este universo estudiantil existe otra estudiante que al contrario de ella, capta la atención de todos dentro de la institución. Se trata de Chikane, una muchacha sumamente admirada por las estudiantes, proveniente de una familia acomodada y de una enorme belleza, pero de una personalidad muy fuerte y decidida. Al contrario de Chikane, es una muchacha que tiene la admiración de todos, además de pertenecer al club de arquería, transformándose en una suerte de referente sobre todo las estudiantes de sexo femenino.
Todo es normal, hasta que llega el mes de octubre. Un mes que en el calendario japones es calificado como “El Mes sin Diós”. Toda la tranquilidad del ambiente se quiebra con la aparición de una extraña maquina que provoca el caos en el tranquilo pueblo de Mahoroba. Se trata de una de las ocho cabezas del Oroshi, un Dios malvado dentro de la tradición japonesa que es manejado por la Hermana Miyako, una monja religiosa quien es una de las ocho escogidas para ser una de las cabezas de dicho demonio cuyo propósito es la destrucción del mundo.
Dentro de este escenario, Himeko y Chicane son la clave para salvar al mundo de esta amenaza. Ambas son la representación de las sacerdotisas del Sol y de la Luna respectivamente y constituyen la llave para despertar el Ame no Murakumo, una esperanza para así derrotar al Oroshi. Sin embargo, la oscuridad de a poco va a comenzar a cegar a ambas muchachas. Himeko, de a poco va a comenzar a sentir el peso de la responsabilidad tanto que no logra soportar la carga de ser una de las sacerdotisas salvadoras. Mientras tanto, Chikane comienza de a poco a obsesionarse con su compañera sacerdotisa tanto que de a poco aflorarán sentimientos tóxicos de su parte. Entre esos dilemas esta Souma, quien sufre también con la presencia de su hermano quien es una de las cabezas del Oroshi, tanto que también un destino oscuro va aflorando de a poco en su interior. Todo ello, conforma una verdadera guerra que enfrenta al bien y el mal en una historia que puede ser tanto relajada como dramática.
Personajes:
Himeko Kurusugawa: Es una estudiante de 16 años que estudia en la Academia Ototachibana. Es una muchacha hermosa pero muy distraída quien vive con su amiga Makoto, además de gustar mucho de la fotografía. Sin embargo, al llegar el “Mes Sin Diós” su vida cambiaría por completo. Luego del incidente con uno de las ocho cabezas del Oroshu, Himeko se va a vivir con Chikane, quien siente una atracción extraña hacia ella. En la serie es la sacerdotisa representante del Sol lo que se refleja en su cabello de color dorado.
Chicane Himemiya: Es una estudiante de 16 años proveniente de una acomodada y prestigiosa familia. Es una muchacha de hermosos atributos y hábil en el manejo del arco y flecha, tanto que se gana la admiración de otras estudiantes del mismo instituto. Ella es la sacerdotisa representante de la Luna, destinada junto a Himeko a despertar al Ame no Murakumo, quien es el único que puede derrotar al Oroshi. Sin embargo, sus sentimientos van a ser un obstáculo para el cumplimiento de la misión de controlar al monstruoso demonio japonés
Souma: Es un popular estudiante de la Academia Ototachibana, ademas de ser un hábil futbolista y un fanático de las motocicletas. Sin embargo, tras esta apariencia se esconde el trauma de la pérdida de su hermano Tsubasa. Posee sentimientos hacia Humeko, tanto que lo llevan a salir con ella, pero su destino cambia al llegar octubre, en donde un oscuro poder lo sepulta a integrarse a las ocho cabezas del Oroshi. Sin embargo, decide usar ese poder no al servicio del dios maligno, sino para proteger la vida de los que quiere, entre ellos Himeko, quien en esta batalla es su contraparte.
Tsubasa: Es el hermano mayor de Souma, y una de las ocho cabezas del Oroshi. Posee una personalidad sádica y completamente sociópata, Es uno de los principales antagonistas de la obra en donde incluso lo lleva a tener enfrentamientos con su hermano durante el paso de la serie.
Makoto: Es la compañera de cuarto y mejor amiga de Himeko. Dentro de la historia es una especie de apoyo a la sacerdotisa, hasta que ella se traslada a vivir en la mansión de Chikane.
Las cabezas del Oroshi: Además de Tsubasa y Souma, están también, otras seis personas que comparten las características de ambos, la cual consiste en tener sentimientos negativos y vengativos. Miyako, es una religiosa que perdió su fe en la religión y la humanidad luego de sobrevivir a una guerra. Giroshi, es un hombre fornido y que sobrevivió a una destructiva guerra que terminó llevándose a su familia. Corona, es una hermosa idol en decadencia quien luego de su fracaso en la música termina dedicándose a la prostitución. Reiko, es una mangaka antisocial quien tras varios fracasos padece un cuadro depresivo. Nekoko, una ex cosplayer quien en su infancia fue víctima de experimentos genéticos. El octavo miembro, no se revela hasta más delante de la historia.
Análisis de la obra:
Kanazuki no Miko es una obra original del grupo artístico Kaishaku resumida en dos volúmenes publicados por la editorial Kodansha y posee una adaptación al anime realizada por el estudio TNK con un total de 12 capítulos. La serie destaca muchas cosas interesantes entre las que se cuentan romance, acción, algo de comedia entre los antagonistas y dilemas éticos los cuales se encuentran presentes en cada uno de los personajes.
En lo que respecta a la acción, esta serie emplea el uso tanto de mechas en el caso de los antagonistas, como en el uso de espadas samuráis correspondiente a los personajes principales quienes emprenden una lucha al mas puro estilo japonés. Las batallas logran entregar emoción a una historia que en su transcurso se percibe muy oscura. La historia en su desarrollo da un vuelco ideológico de parte de uno de los personajes, todo con el común denominador de la presencia de sentimientos oscuros los cuales tiñen el corazón de una de las protagonistas.
En lo que respecta al romance vemos presencia de sentimientos de varios tipos, destacando la presencia de romance de tipo LGBT de varios de los personajes femeninos, destacándose la relación entre Chiane y Himeko, a tal punto que va derivando de sentimientos que comienzan puros a algo oscuro y obsesivo de parte de la sacerdotisa de la luna. También hay romance de tipo heterosexual entre Himeko y Souma el cual es el mas evidente dentro de la historia puesto que hay un momento en que ambos se formalizan como pareja. La serie muestra un cuestionamiento constante a los sentimientos posesivos y obsesivos que terminan de transformar el amor en algo completamente toxico e impuro, el cual tiene su clímax en cierto momento de la historia, en donde Chikane toma una posición completamente perversa.
En general, la serie cuestiona los falsos amores basados en la posesión y la dominancia, los cuales conforman una persistente amenaza en toda relación sentimental. Cuando estos sentimientos se hacen presentes, es en definitiva el momento donde “se acaba el amor”. El amor verdadero, nace del sentimiento de dos personas en donde no existe un dominante ni un dominado. Es una balanza que equilibra las emociones de dos y cuyos sentimientos son compartidos mutuamente.
En general, la serie rescata varios elementos de la tradición sintoísta de Japón entre las que se cuenta la santificación de las fechas del calendario japonés, la veneración sagrada al sol y la luna como deidades, el papel de las sacerdotisas como representantes o encargadas de tales figuras divinas, las batallas tradicionales japonesas, en fin. Kannazuki no Miko va a mas allá del romance, es una historia completa y vertiginosa, emotiva e interpretativa, algo que vale la pena ver en estos difíciles momentos que vive nuestro mundo.
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